domingo, 27 de marzo de 2011

RIQUELME AGUÓ LA FIESTA EN EL CEMENTERIO

Juan Román Riquelme, con un golazo de tiro libre, aguó la fiesta del pueblo sabalero, que le hizo nuevamente el apoyo al equipo de una forma extraordinaria.




Feo lo de Colón. No logra consolidarse jugando de local, y los puntos que consigue de visitante los pierde en Santa Fe, acumulando la 3ra derrota consecutiva ante su propio público, con ocho goles en contra.

Colón de local es un manojo de nervios, es un recimo de voluntades desperdigados en el campo haciendo lo que pueden. Es sólo voluntad y sorprendentemente no deja nada para el elogio. Ni puntos, ni futbol, ni un poco de sacrificio... ese sacrificio que necesitaba para evitar al menos que un “mediocre” Boca no se termine llevando todo del Brigadier López con tan poco.

Gracias a un golazo de tiro libre de Juan Román Riquelme, Boca logró recuperar la sonrisa luego de tres derrotas consecutivas y se impuso por 1-0 en el cierre de la fecha 7 del Clausura. El Xeneize conservó las carencias en la elaboración de juego con el nuevo esquema, pero encontró oxígeno gracias al talento de su 10 y le asestó el tercer golpe al Sabalero en el Cementerio.

Al igual que en la etapa de Borghi, Boca apeló a la línea de tres defensiva y desempolvó el sistema de carrileros que había fracasado durante la etapa del Bichi. A su vez, Chávez y Erviti hicieron un gran despliegue para ayudar a Riquelme en el desafío de encontrar a Palermo en el área. El Xeneize se apoderó de la pelota y procuró ser prolijo, pero careció de precisión.

Lo mejor del Xeneize en el periodo inicial se produjo entre los 18 y los 26 minutos. En la primera llegada, Calvo envió un centro por derecha, Chávez la tocó para Palermo y el Titán no pudo definir por el cierre de Mendoza. Luego lo tuvo Riquelme, tras una escalada de Clemente. Y en la tercera se lo perdió Palermo de cabeza, después un pase de Román para otra trepada de Clemente.

Luego de ese lapso favorable, Boca volvió al toque inofensivo, dejó de utilizar a Clemente y centralizó con previsibilidad. Paulatinamente, el Sabalero recuperó terreno y también contó con un par de oportunidades. Higuaín tomó mal parada a la defensa y sacó un débil remate que controló Lucchetti. Y luego el arquero se lució ante un potente disparo de Quilez.

La temática del partido no se alteró en el amanecer del complemento. Riquelme penó por la falta de receptores en el área y debió terminar varias jugadas individualmente. La única referencia en ataque fue Palermo, quien no gravitó entre los centrales. Mientras el visitante iba sin ideas, Colón encendió la alarma con una réplica que terminó con un remate peligroso de Quilez.

Pero la sequía de Boca se quebró a los 14, gracias a la magia intacta de Román. El enganche dibujó un golazo de tiro libre, a pesar de no tener demasiado ángulo para rematar, y mostró el camino. Cuatro minutos después, Falcioni sorprendió con el ingreso de Viatri por Palermo. No obstante, al Xeneize lo que le faltaba era otro atacante (¿Mouche?) para poder aprovechar los espacios.

Luego del gol, Boca fue más amarrete y se retrasó innecesariamente. Tuvo la suerte de que Colón fue un contrincante excesivamente inofensivo al que no se le cayó una idea. El segundo gol pudo haber llegado a los 28, cuando Viatri definió a colocar muy cerca del palo. Pero también estuvo cerca el empate: el ingresado Acosta derrochó dos chances frente a Lucchetti.

A tres del final, Garcé se ganó una merecida roja tras una grosera falta contra Colazo. Y no hubo tiempo para más. Boca se abrazó a los tres puntos y respiró aliviado porque logró cortar una racha que ponía en jaque a Falcioni. No obstante, el Xeneize deberá replantearse el nuevo esquema porque fue poco profundo en ataque: soltó poco a los laterales y dejó solo a Palermo. Pero en esta tarde sólo le importaba ganar como fuera.

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