No había pasado demasiado frente a los arcos cuando el paraguayo Bareiro sacó diferencia para Olimpo: luego de una serie de toques elaborados con paciencia, Casais tiró un centro desde la derecha y el delantero apareció en soledad por el medio para batir a Pozo.
Los bahienses justificaron la ventaja con lo realizado después de la conquista, ordenados en el fondo, bien parados en el medio y generando cierto riesgo en sus aproximaciones al arco rival.
Para esto, sí, fue beneficiado por la pobre producción de Colón o, mejor dicho, por su ciclotimia: del equipo astuto que le había ganado en la fecha anterior a San Lorenzo, en el Nuevo Gasómetro, no quedó nada en esta presentación en Santa Fe.
Afectado por la ausencia de su referencia, Esteban Fuertes (quedó al margen del partido por el fallecimiento de su padre), apagado Damián Díaz, sin volumen de juego en el medio, el conjunto de Fernando Gamboa se fue desdibujando hasta resultar inofensivo.
El sabalero salió a buscar el empate apenas iniciado el complemento, pero el empuje le duró hasta el minuto 7, cuando se quedó con 1o por la expulsión del defensor Maximiliano Caire.
Para colmo de males, y en pleno dominio de los bahienses, Tombolini ahogó en forma brillante el grito en la única jugada bien hilvanada que generaron los de Gamboa: Damián Díaz se fue por la izquierda, puso el pase hacia el centro y el arquero visitante sacó al corner un disparo hermoso de Lucas Acosta.
Allì se terminaron las esperanzas de Colón. O, mejor dicho, dos minutos después, por una grave desinteligencia en la defensa: Rolle envió un centro desde la izquierda, Mendoza intentó el despeje, Pozo quedó desacomodado en su intento de salir a cortar y Litre, solo, empujó la pelota al gol.
Olimpo se dedicó hasta el cierre a regular, a administrar la diferencia y terminó cosechando una victoria de oro arriba y abajo que jugadores y cuerpo técnico le ofrecieron de homenaje a Jorge Ledo, presidente del club fallecido en la madrugada de ayer.
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